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"Viva la Revolución"
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"Danza de Domingo Arenas"
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"Traiciones políticas"
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"La persecución de Villa"
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"La tumba abandonada"
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"Corrido al Gral. Gabriel Mariaca"
- Año de publicación - 2023
- Época México y sus revoluciones
- México Año 1913-1928
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Desde sus inicios, el régimen de Huerta careció de fuerza y legitimidad social. Su llegada al poder había sido a través de un cuartelazo y las medidas que tomó en lo sucesivo se caracterizaron por la arbitrariedad y el autoritarismo: en menos de un año clausuró el Congreso, recluyó en la cárcel a varios legisladores y fue asesinado el diputado Belisario Domínguez por haber hecho circular un impreso exigiendo el desconocimiento del gobierno. Asimismo, asumió facultades extraordinarias en los ramos de Guerra, Hacienda y Gobernación y pospuso indefinidamente las elecciones de presidente y vicepresidente prometidas para octubre de 1913.
L
a revolución popular que había sido suspendida en 1911 entonces renació con mucha más fuerza. Los
zapatistas continuaron su guerra en el sur emitiendo una proclama llamando a luchar contra Huerta
y a no deponer las armas hasta que no se cumpliera lo previsto por el Plan de Ayala. Por su parte,
Francisco Villa, quien había escapado de la cárcel poco tiempo antes del golpe de Estado contra
Madero, se reunió con sus antiguos compañeros para levantarse nuevamente en armas.
Carranza salió de Saltillo el 1 de marzo de 1913 y tras una derrota militar frente a los
federales, se refugió en la hacienda de Guadalupe. Desde ahí, el 26 de marzo, lanzó el Plan de
Guadalupe para llamar a la lucha revolucionaria.
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E l 18 de abril de 1913, en Monclova, las distintas facciones revolucionarias -a excepción de los zapatistas que continuaron su propia lucha- aceptaron secundar el Plan de Guadalupe. Villa había reunido un ejército de más de 10 000 hombres -al cual bautizó como División del Norte el 29 de septiembre- y controlaba el estado de Chihuahua y la región de La Laguna. Emiliano Zapata había asumido el mando de la rebelión libertadora del sur logrando, hacia principios de 1914, presencia en los estados de Morelos, Puebla, Tlaxcala y Guerrero.
E l año de 1914 marcó definitivamente el triunfo de la revolución constitucionalista sobre el régimen de Victoriano Huerta. Álvaro Obregón entró triunfante a Guadalajara el 18 de julio, mientras que Villa, acompañado para entonces por el general Felipe Ángeles, ganaba las plazas de San Pedro de las Colonias, Paredón, Ramos Arizpe y Saltillo, para coronar sus triunfos militares con la toma de Zacatecas el 23 de junio de 1914. El 14 de agosto de 1914 se firmaron los Tratados de Teoloyucan que ponían fin a la dictadura de Victoriano Huerta y confirmaban el triunfo constitucionalista.
M ientras los revolucionarios avanzaban hacia la victoria, el gobierno de Huerta, debilitado militar y políticamente, tuvo que hacer frente a un cambio radical de la postura de Estados Unidos hacia su gobierno. Si bien en un principio fue el mismo gobierno vecino su aliado para llegar al poder, el nuevo presidente norteamericano, Woodrow Wilson, quien había asumido el poder el 4 de marzo de 1913, inició una nueva política hacia México. Un incidente trivial en Tampico provocó, el 21 de abril de 1914, sin previa declaración de guerra, la ocupación norteamericana del puerto de Veracruz.
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Villa y Zapata se reúnen en México
F
rancisco Villa fue nombrado jefe del Ejército Convencionista y emprendió la marcha hacia la ciudad
de México, la cual era a su vez desalojada por Carranza quien se dirigió a Veracruz para instalar
ahí su gobierno. Seguido por 18 trenes militares, que transportaban a un grupo de aproximadamente 20
000 personas, Villa llegó a la capital de la República el 30 de noviembre de 1914 e instaló a
Eulalio Gutiérrez, elegido presidente provisional por la Convención de Aguascalientes, en Palacio
Nacional.
Unos días antes habían entrado a la ciudad los zapatistas para abandonarla casi inmediatamente
después. Fue entonces cuando se reunieron, por primera y única vez, los dos ejércitos más populares
de la Revolución: el villista y el zapatista. El encuentro fue en Xochimilco el 4 de diciembre de
1914. En emotiva comida, donde se pronunciaron brindis y discursos, quedó establecida una alianza
militar entre la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur. Dos días después, Villa y
Zapata entraron a la ciudad de México y visitaron Palacio Nacional, en donde Villa, divertido, se
sentó por un momento en la silla presidencial. Villa aprovechó también para visitar la tumba de
Madero, por el que siempre sintió profunda admiración y respeto.
Villistas y zapatistas son derrotados
V illa ejercía su poder en todo el norte, el centro y el occidente de México. Sin embargo, en lo que parecía ser el momento cumbre del movimiento villista, comenzaron los triunfos militares del constitucionalismo que terminarían por mermar a la poderosa División del Norte. Entre abril y julio de 1915 se llevaron a cabo las grandes batallas del Bajío entre los villistas y los constitucionalistas comandados por Álvaro Obregón: Celaya, Silao, León y Aguascalientes. Batallas que se convirtieron en derrotas para los villistas, quienes tuvieron que dispersarse y huir hacia el norte. A partir de entonces el villismo regresaría a su antigua guerra de guerrillas en el estado de Chihuahua.
Por su parte, los zapatistas, quienes durante 1914 y 1915 habían mantenido bajo su control gran parte del territorio sureño, repartiendo tierras y haciendas y estableciendo su propio poder local, comenzaron, al igual que los villistas, a sufrir el empuje del Ejército Constitucionalista encabezado contra ellos por el general Pablo González. El 2 de mayo de 1916 los constitucionalistas tomaron Cuernavaca y a mediados de junio, el pueblo que había servido como cuartel general de Zapata, Tlaltizapán, fue atacado violentamente por las fuerzas de Pablo González.
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A pesar de que el gobierno de Carranza intentó imponer un nuevo orden legal, comenzar la restauración social y económica del país y lograr la pacificación, nunca pudo someter del todo a los movimientos guerrilleros que actuaban en el norte y en el sur del país. Además, tuvo que enfrentar serios problemas internacionales producto de los ataques villistas contra personas e intereses norteamericanos. El mayor de ellos fue la famosa entrada de Villa a la población de Columbus, Nuevo México. El ataque empezó a las cuatro de la mañana del 9 de marzo y duró solamente una hora. El mismo día, el general Pershing pidió autorización al gobierno norteamericano para cruzar la frontera en expedición punitiva y capturar a Villa. Con cerca de 5 000 hombres de caballería, infantería y artillería, Pershing penetró en territorio mexicano el 15 de marzo de 1916, contra el rechazo expreso del gobierno constitucional de Carranza. no el 15 de marzo de 1916, contra el rechazo expreso del gobierno constitucional de Carranza.
El gobierno de Carranza, reconocido de facto por Estados Unidos, se dedicó entonces a la construcción de un nuevo orden constitucional. El 19 de septiembre de 1916, Venustiano Carranza, todavía Primer jefe Encargado del Poder Ejecutivo, convocó a un Congreso Constituyente. El 22 de octubre fueron celebradas las elecciones de los diputados que integrarían dicho Congreso
y el 1 de diciembre, en el Teatro Iturbide de la ciudad de Querétaro comenzaron las sesiones que darían como resultado la promulgación, el 5 de febrero de 1917, de la nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que reformaba la del 5 de febrero de 1857. El 11 de marzo se llevaron a cabo las elecciones para presidente de la República, diputados y senadores. En ellas, Venustiano Carranza fue electo presidente de la República.
L a guerrilla villista aparecía y desaparecía con igual facilidad en el extenso territorio de Chihuahua, logrando pequeños triunfos militares y ocupando momentáneamente algunas plazas principales como Jiménez, San Juan Bautista, San Andrés, Guerrero, Chihuahua, Camargo y Parral; llegando incluso a tomar poblaciones en los estados limítrofes como Lerdo, Gómez Palacio y Torreón. Y a pesar de que había temporadas en que no se sabía a ciencia cierta ni la ubicación de las gavillas villistas, ni sus futuros planes de acción, el gobierno de Carranza nunca pudo someterlas por completo. Contra los zapatistas, en cambio, el gobierno de Carranza acometió con violencia, para terminar con la traición y el asesinato de Emiliano Zapata en la hacienda de Chinameca, la mañana del 10 de abril de 1919.
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A l acercarse el momento del cambio de gobierno, Carranza, argumentando la necesidad de cerrar el paso al militarismo, propuso como candidato a la presidencia a Ignacio Bonillas, civil que fungía como embajador en Washington.
Por su parte, Álvaro Obregón, después de haber notificado su retiro a la vida privada, anunció el 1 de junio de 1919 su candidatura a la presidencia. Acusado de sedición, Obregón escapó disfrazado de la capital para dirigirse a Chilpancingo, en donde fue recibido por el gobernador Francisco Figueroa. Por otra parte, el 23 de abril, un grupo de generales firmaron el Plan de Agua Prieta, desconociendo al gobierno carrancista. Frente al crecimiento de la rebelión de los sonorenses, Venustiano Carranza decidió trasladarse, como lo había hecho en el pasado, a Veracruz. Sin embargo, antes de llegar a Puebla abandonó el tren junto con una pequeña comitiva para continuar su recorrido a caballo. Al detenerse para pasar la noche en el pequeño poblado de Tlaxcalantongo, fue asesinado la madrugada del 21 de mayo de 1920. Cuatro días después, al tiempo que el Congreso designaba a Adolfo de la Huerta como presidente interino, Carranza era enterrado en la ciudad de México.
D espués de haber ganado las elecciones del 5 de septiembre, Álvaro Obregón tomó posesión de la presidencia de la República el 1 de diciembre de 1920. Con la llegada del general Obregón al poder se pretendió dar por terminada la lucha armada revolucionaria y se anunció la entrada a una nueva era que se dirigía a la reconstrucción y al progreso del país. Sin embargo, el gobierno de los triunfadores de Agua Prieta, de los "sonorenses", como comúnmente se les ha llamado, se enfrentó a un país fragmentado políticamente, en crisis económica, mermado demográficamente y, encima, con un fuerte desprestigio internacional ganado por los más de diez años de guerra civil.
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A dolfo de la Huerta, quien había sido la cabeza civil de la rebelión de Agua Prieta, fue presidente interino de México del 10 de junio al 1 de diciembre. Tiempo en el que logró reorganizar el gobierno, restablecer la paz con los diversos grupos rebeldes y convocar a elecciones generales para renovar los poderes ejecutivo y legislativo. Así, el 28 de julio de 1920, en Sabinas, Coahuila, el general Francisco Villa firmó un pacto de rendición al gobierno, quien le otorgó garantías, le concedió la hacienda de Canutillo y el derecho de mantener a su guardia personal de Dorados. En Canutillo, Villa se dedicó a la vida privada, hasta que el 20 de julio de 1923, en la ciudad de Parral, fue asesinado.
D e 1924 a 1928 Plutarco Elías Calles gobernó al país. Durante este periodo sentó muchas de las bases para la construcción del México moderno con la creación de instituciones, infraestructura carretera, entre otras cosas. Cuando terminó su gobierno, Álvaro Obregón volvió a postularse como presidente y ganó las elecciones. Sin embargo, antes de asumir la presidencia fue asesinado en el restaurante de La Bombilla por José de León Toral, quien fue enjuiciado y fusilado poco tiempo después. Ante esta situación, el presidente Calles, en su último informe de gobierno, sentenció un memorable discurso en el que anunció el cambio de la condición histórica de “país de un hombre” a la de “nación de instituciones y leyes”. Entre otras cosas, en el mes de marzo de 1929, los revolucionarios se organizaron y crearon el Partido Nacional Revolucionario con el objetivo de cumplir con los principales postulados de la Revolución Mexicana.
